La Unidad Nacional de Protección (UNP) fue el escenario de la capacitación dirigida al grupo de acción de la Línea Vida 103, un servicio crucial de atención de emergencias. Este entrenamiento, liderado por el Grupo de Género y Diversidad del Ministerio del Interior, tuvo como objetivo sensibilizar y modernizar el enfoque de los operadores y todos los miembros del equipo de la Línea Vida 103, buscando ir más allá del discurso tradicional para generar una comprensión profunda y empática de la diversidad de género, sexo y orientación sexual en Colombia.
El taller comenzó con una actividad: cada participante recibió una identidad distinta a la propia, una experiencia simbólica que los despojó de su concepción inicial. Sin poder hablar ni comentar, solo con el contacto visual, los miembros del equipo debieron asumir y experimentar el peso de los constructos sociales que afectan a las personas con identidades no normativas. Esta dinámica, que los llevó a reflexionar sobre el rechazo y los estigmas que rodean al género y la identidad, lo cual es esencial para quienes deben enfrentar la vulnerabilidad en cada llamada de emergencia.
El ejercicio finalizó con una revelación: cada persona descubrió la identidad que le había sido asignada, promoviendo una reflexión sobre la desigualdad de género y la discriminación sistemática que muchas personas enfrentan en la sociedad colombiana. Se abordaron los temas más críticos, como la exclusión de las personas con discapacidad y la normalización de la burla hacia lo considerado «diferente». Esta actividad no solo subrayó las diferencias entre género, sexo biológico, sexualidad e identidad de género, sino que dejó claro que la igualdad aún es un reto en Colombia.
La importancia de este tipo de entrenamientos radica en la capacidad del equipo de la Línea Vida 103 para ofrecer un servicio incluyente. En emergencias, la rapidez es vital, como también lo es el respeto por la identidad de cada persona. Capacitar al personal para manejar estas situaciones con empatía, utilizando un lenguaje inclusivo y libre de prejuicios, es esencial para asegurar que quienes llaman se sientan escuchados, comprendidos y respetados.
Al concluir la jornada, la reflexión fue unánime: vivir en un mundo que no es igualitario significa que el trabajo de la Línea Vida 103 debe ser, por definición, incluyente. Este tipo de capacitaciones no solo actualizan las habilidades del equipo, sino que garantizan que cada persona que llame a la línea, sin importar su identidad, orientación o situación de vida, recibirá un trato digno y humano.