Luz Adriana Camargo fue elegida por la Corte Suprema de Justicia como nueva Fiscal General de la Nación

La nueva Fiscal General de la Nación fue elegida por el Alto Tribunal con 18 votos. A lo largo de su vida laboral se ha desempeñado como magistrada auxiliar de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia donde investigó el escándalo de la parapolítica en el país, que fue la alianza entre el sector político y las Autodefensas Unidas de Colombia. 

Cuando Camargo habló ante la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia aseguró que de ser elegida fiscal, su labor la ejercería con independencia: yo quiero decirles que no estoy en representación de persona alguna y no esgrimo ninguna bandera distinta a la de la Rama Judicial, que además me comprometo a defender en su independencia y soberanía, manifestó en su momento la hoy fiscal a la Sala Plena. La señora Camargo refirió también ante los magistrados que su labor se centraría en varias prioridades: la primera, la priorización con enfoque territorial. La segunda, análisis criminal con apoyo en la tecnología. La tercera, un fortalecimiento de las rutas de atención a las víctimas. La cuarta, incremento en la utilización de los instrumentos y mecanismos de la justicia premial y mejora en la calidad de la participación de los fiscales en el juicio. Y el quinto, un rediseño de los indicadores de gestión que los concibamos de manera estrategia, aclaró la señora Camargo.

La mujer que estará al frente del ente investigativo de la nación, hizo parte del grupo de abogados que estuvo con el ministro de Defensa, Iván Velásquez, en la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala desde el 1 de octubre de 2013 hasta el 3 de septiembre de 2019. Allí logró el desmantelamiento de numerosas estructuras de corrupción y la condena de más de 50 congresistas. 

En 20 años de experiencia, Camargo estuvo al servicio de cuatro fiscales generales de la Nación y de tres magistrados de la Sala Penal de la Corte Suprema como ella mismo recordó. Asimismo, se comprometió a enfrentar la criminalidad con cinco líneas de acción diferentes, priorizando a las víctimas.

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