Entre el 9 de enero de 2002 y el 9 de julio de 2005, en el norte del Cesar y el sur de La Guajira, se desató un ataque sistemático contra la población civil. Hombres y mujeres fueron asesinados y presentados como guerrilleros caídos en combate, en una estrategia para inflar, de manera criminal, las cifras de éxito militar y por eso la JEP les imputó a 12 exintegrantes del Ejército del Batallón La Popa en Valledupar, crímenes de guerra y de lesa humanidad por 135 casos de falsos positivos.