“Se declara situación de desastre en todo el país, en virtud de la variabilidad climática generadora de impactos imprevisibles e inusuales, aumentando la vulnerabilidad en los territorios. Esta vulnerabilidad viene agravándose por impactos que tienen que ver con la deforestación, las economías ilícitas y, en el caso de Bogotá, en mi opinión, por una urbanización desaforada de la sabana de Bogotá”.